En la penumbra del amanecer
antes del alba florecer
tu trino alegre alaba
y al alma despierta y llama
al amor soñado
del Dios amado.
Canta un cantar de sosiego
entona una melodía del cielo
cántale a mi Señor en su don andariego
que tu canto alegré se corazón señero.
Cántale pequeño ruiseñor,
que tu dulce melodía confiese la entrega
que aprieta en su pecho mi Señor;
el dolor de humana situación
que con ternura abraza
para encender en mi la brasa,
de divina condición.
Cantemos juntos, ruiseñor,
que si mi canto al tuyo uno
alabaremos con encanto al Señor
y nuestra será su alegría
que rebozará cada día
y a la vida dará ilusión y armonía.
Amén
Padre Yerko Reyes
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