Despierte en mí, como el mar al alba apremia,
el deseo de buscarte;
por ti suspire mi ser, como el otero a la luna ansía,
hasta encontrarte;
no me quede ni un instante detenido
aferrado al recuerdo de haberte tenido.
No le baste a mi cautivo corazón
lo fugaz y efímero de una razón,
ya mi espíritu se estremece con tan solo pensarte
y mi alma se exalta en el deseo de amarte.
No es suficiente, reconocer los trazos de tu paso,
no alcanza el murmullo de tu voz a la hora del ocaso,
mi arrojo reclama descansar en tu regazo,
el dolor de mis heridas la ternura de tus brazos.
Amado mío
mi Señor, mi Dios, mi todo:
no es pretensión de mi corazón
reclamar todo tu Amor,
es la intención de mi existir
vivir tan sólo para ti ,
y en este peregrinar velado,
descubrir que Tú caminas a mi lado.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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