"Dulce Muchacha de Nazaret, ejemplo para mi eres de consagración y entrega, de apertura y disponibilidad a Dios

En mi corazón perennemente presente estás,
Madre de Dios;
y aunque no siempre mis oraciones a ti van dirigidas,
puesto que en diálogo íntimo con Cristo tu Hijo estoy,
tu Nombre precioso en mi alma grabado está,
ya que mi amor es tuyo y tu ternura es mi refugio.
Dulce Muchacha de Nazaret,
ejemplo para mi eres de consagración y entrega,
de apertura y disponibilidad a Dios;
en ti me veo,
en tus ojos me encuentro
cuando pierdo el paso,
pues me miras con bondad y,
tu firme y a la vez delicada mano,
extiendes hacia mí para no dejarme renunciar
en el camino del Reino de Dios, tu Hijo.
María, siempre bendecida por el Padre Dios,
que tu mano maternal siempre acaricie mi frente
para que en ti mis pensamientos se inspiren,
y encuentre siempre la forma, por más difícil que parezca
de estar totalmente disponible al Amor de Dios,
que no en todo momento llevan por senderos de solaz y alegría.
Enséñame Madre mía, a ser sencillo y decidido como tú en la entrega de mi vida a Dios, y aunque claro no lo tenga, que siempre y en todo momento mi voluntad sea hacer la Voluntad de Dios, como tú lo hiciste y así en alegría siempre viviste.
Virgen y Madre,
que en Cristo lo eres mía,
no falte en este día tu cuidado,
tu afecto e intercesión y alcanza para mí,
por ti, de Dios, su bendición.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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