Puedo estar delante de ti
para guiar tu caminar.
Abrir caminos,
para tus pasos tranquilos.
Sendero por el cual transites,
seguro hacia la divinidad,
perfección de tu alma.
Puedo estar detrás de ti,
para proteger tu espalda,
recibir de traición puñalada,
y de vez en cuando empujar tu ánimo,
para que no te desalientes en el camino.
Puedo estar sobre ti,
por encima en las nubes,
nunca distante,
siempre cercana,
lugar de tu destino,
y extender mi mano en las caídas
para que no duelan tus heridas.
Puedo estar debajo de ti,
y así recibir tu alma compungida
que cae una y otra vez y
contra el duro suelo
retoza bajo el peso de su humillación,
decidía y frustración.
Ahí aguanto por ti la fuerza
de la caída para que
lastimada no decaigas y sigas.
Puedo estar a tu lado
caminando de tu mano,
acompañando tus anhelos,
compañera de sueños y deseos.
Llevar tu paso al encuentro del amado.
¿Dónde me quieres?
Ahí me tienes,
sólo en ti, por ti y para ti.
En el único lugar, amada.
Sólo ahí puedes estar
en todas partes y en cada una a la vez:
en mi corazón para amarme,
Madre adorada.
Ahí te quiero y
ahí contigo me encuentro
hoy, mañana y para la eternidad.
Yerko Reyes Benavides
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